Andalucía Orienta: Crónica de una muerte anunciada

Edificio municipal donde está ubicado el servicio de Andalucía Orienta. Foto: A.I.

José Carlos MENA

Una nueva resolución de la Dirección Gerencia del Servicio Andaluz de Empleo, publicada en el BOJA de 21 octubre de 2015, ha convocado la nueva concesión de subvenciones para el Programa de Orientación Profesional, Acompañamiento a la inserción y Experiencias profesionales para el Empleo. A primera vista, parece una buena noticia, pero tiene su letra pequeña pues termina por poner en la picota al programa Andalucía Orienta.

Este programa se viene desarrollando en Andalucía desde hace muchos años, de manera ininterrumpida, atendiendo a los desempleados, siendo la vanguardia de la crisis y dando cobertura al SAE. Pero desde hace 3 o 4 años los recortes, disimulados en la convocatoria, han venido tachonando la trayectoria de este programa de Orientación. El servicio está interrumpido desde el pasado 28 de julio.

Al principio fue recorte de tiempo. De 12 meses se pasó a 9 y, en el último año, a 7 meses. Cuestión esta que, según los profesionales del servicio, «deja mucho que desear e impide, durante 5 meses al año, la atención de personas desempleadas en Andalucía, necesitadas de una orientación profesional de calidad».

En el 2014, además de un recorte en el periodo temporal, el programa sufrió un recorte de técnicos. Muchas unidades perdieron personal y, con ello, calidad en la atención. Todo esto llevó a la Asociación de Profesionales de Orientación Laboral de Andalucía (APAO) a poner el grito en el cielo. «Se dejaba entrever que la Junta de Andalucía estaba dejando morir al programa por inanición», dicen los profesionales, algunos ya fuera del servicio.

Los técnicos apuntan que con la resolución de 2015 esta dejadez se ha confirmado de forma mayúscula y la moribunda situación del Programa apenas deja sitio para la imaginación. Ya se estaba anunciando su muerte y los recortes bestiales de este año reafirman esta decisión. No hay vuelta atrás.

Según fuentes de APAO, el radical recorte presupuestario ha resultado el peor hasta la fecha, afectando no sólo al personal del programa sino a muchísimos desempleados andaluces.

Con los datos sobre la mesa, ha precisado que “para el año 2015 el presupuesto total para toda Andalucía se establece en 13 millones de euros, lo que supone una reducción del 57 % con respecto al 2014, que fue de 30 millones. Y el año 2013 fue de 40 millones”. Como se puede observar, la reducción ha sido palpable, «siendo este año flagrante y vergonzosa».

La Asociación apunta también que la reducción de personal ha sido «tremenda, sobre un 68 %, pasando de 1122 orientadores laborales en 2014 a 334 técnicos para 2015».

Muchas zonas de Andalucía se quedarán sin la posibilidad de solicitar unidades de orientación. Muchos pueblos, muchos desempleados de Andalucía que no podrán tener este servicio. Concretamente Arahal, que normalmente contaba con 4 técnicos y un administrativo, pasa este año a contar con 2 técnicos. Localidades como Puebla de Cazalla, que tradicionalmente había contado con una unidad, no tendrá Andalucía Orienta.

Los números están ahí y la reducción de técnicos habla, muy a las claras, del recorte brutal, de la falta de medios y la forma de hacer las cosas.  Este programa llegó a contar con casi 2000 profesionales para el asesoramiento y orientación profesional de los desempleados andaluces. Hoy es un triste reflejo de lo que se gestó en un principio, llevado a este extremo por la dejación y falta de compromiso de la Junta de Andalucía, que ha dejado a su suerte este programa tan necesario.

«¿Hasta cuando esta situación?», se preguntan los profesionales del sector. Desde APAO se ha reivindicado una orientación de calidad, duradera y con garantías. Bolsas de empleo, reconocimientos de los méritos de todos los profesionales, cualificaciones y otras peticiones para no dejar a la deriva este programa. Oídos sordos y promesas vacías, dicen, para dejar en entre dicho a miles de personas y abandonarlos.

Muchas zonas sin orientadores, incluso grandes localidades y ciudades. Sin orientación profesional, sin ayuda y sin nada. «Recortes y reformas de urgencias para tapar las vergüenzas de lo que pudo ser y no fue», aseguran. Como Gabriel García Márquez escribió, y ya se veía venir, ha sido la «Crónica de una muerte anunciada».