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Arahal

Crónica de un día complicado por la ansiada lluvia

Inundaciones en casas y empresas, cortes de carretera, accidentes y hasta el descarrilamiento de un tren que pasaba por el término municipal con 79 pasajeros, de los que 35 resultaron heridos

AIONSur

Arahal (Sevilla)

En esta tierra la lluvia siempre es bienvenida pero últimamente es tan deseada como temida. Los chaparrones caídos de madrugada ya pronosticaban problema y así ha sido. Inundaciones en casas y empresas, cortes de carretera, accidentes y hasta el descarrilamiento del tren Sevilla Málaga con 79 pasajeros, 35 de ellos heridos, dos de gravedad. Arahal se ha convertido en trending topic en Twitter y medios regionales y nacionales han abierto el informativo y distintos programas con esta noticia.

Pero de fondo, una vez más, la solidaridad. Solidaridad de un pueblo de agricultores que acudieron a la llamada en las redes sociales de AIONSur. Hacían falta tractores de forma urgente porque ambulancias y coches de las fuerzas de seguridad se estaban quedando atascados en una zona que se había convertido en intransitable e inaccesible por culpa de la intensa lluvia.

Casi al mismo tiempo que el 112 daba el primer aviso de emergencia convocando a Servicios Sanitarios, Guardia Civil, Policía Local, Bomberos y Protección Civil, los agricultores comenzaron a llegar, con tractores y máquinas. Han sacado del barro a coches de la Guardia Civil y ambulancias, han ayudado a transportar heridos, han abierto camino incluso a medios de comunicación que comenzaron a llegar, un poco perdidos.

La zona estaba escondida, porque ocurrió junto al puente de Barros, pero la lluvia había empeorado considerablemente llegar a hasta allí. Desde que dieron el aviso, pasaba poco más de las 10 de la mañana, comenzaron a pasar ambulancias y el helicóptero del Servicio de Emergencias. Carretera de Utrera cortada por la Guardia Civil, no hubo más remedio que tomar ruta alternativa, el camino de Los Puertos. Por allí llegaron los primeros agricultores, los que estaban cerca y los que llamaron a este medio en busca de la ubicación.

Las empresas Servicios Olivareros del Sur La Ocha y Enoro se pusieron en marcha con su maquinaria. Manuel Avilés, de Enoro, llegó el primero con su tractor, fue el que abrió paso hasta el tren, rellenando con la máquina una cuneta en torno a la vía que estaba llena de agua y que impedía llegar a la máquina y atender a los primeros heridos.

Ante la imposibilidad de que las ambulancias llegaran hasta la zona y hacer posible el traslado de los heridos de uno en uno, la solución fue enviar un tren para su traslado en lo que respecta a los más leves, los dos graves tuvieron que ser trasladados en un helicóptero sanitario, todos hasta el Hospital de Valme.

Y como si fuera algo premonitorio, AIONSur en un directo que realizó a primera hora, antes del accidente, en el puente ferroviario, adelantó que después de hablar con un representante de Adif había comentado que ‘no había problemas si el agua pasaba por encima de las vías, el problema llegaría si socavaba la piedra que lo sostiene’. Tal como pasó.

El resto de pasajeros hasta los 79 que iban en el tren fueron trasladado por la Policía Local y coches particulares hasta Arahal. No querían saber nada de montarse de nuevo a un tren, por eso después de ser atendidos por Protección Civil, algunos sufrieron ataques de ansiedad, cada uno cogió su camino, llamando a sus familiares para que vinieran a recogerlos.

Y su estado no era para menos. Describían como el tren iba ‘dando tumbos’ antes de parar, como los trozos de metal salían despedidos ‘como guillotinas’. Y se quejaron también del tiempo que tardaron en atenderlos, ‘casi dos horas’. El principal problema fue, sin duda, la dificultad de acceso a la zona del accidente.

Llegar al lugar del accidente y ver el estado de la vía, un amasijo de hierros y travesaños partidos, era pensar que pudo ser una verdadera tragedia. Las imágenes son demoledoras, un río pasa por debajo de unos 20 metros de vía como si fuese su cauce natural. Y la pregunta inmediatamente fue, cómo era posible que primero cerraran el tráfico ferroviario y después lo abrieron a pesar de que no había dejado de llover en toda la noche.

A última hora de la noche, el tráfico ferroviario aún no se había restablecido y los informativos nacionales y regionales abría con el accidente.

Inundaciones y más accidentes

Mientras esto ocurría, en la carretera Arahal Morón (A8125), Paco Reina, propietario de La Rocina esperaba a los técnicos del seguro. Su hacienda ha sido sin duda una de las más afectadas por las inundaciones, de todas las viviendas que están en el campo. El agua ha entrado y recorrido a sus anchas todas las estancias estropeando mobiliario, enseres y ropa. Casi un metro, afortunadamente los caballos están bien y no han sufrido grandes daños.

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A primera hora de la mañana, comentaba, a pie de carretera, que desde que la han arreglado han convertido las laderas en ‘una presa’, y su hacienda están en una ladera, muy cerca del arroyo de la Alameda a su paso por la zona, que hoy subió incluso por encima de la vía, a pesar de la altura que le han dado en el nuevo trazado.

‘A las 6 de la mañana el agua subía por encima, ha sido impresionante’. Pero la culpa en parte, según los vecinos, es de cómo ‘hace las cosas la Junta’ porque, apuntan, ‘como es posible que hagan una carretera nueva sin arcenes y tubos para que corra el agua, sin salida’ por lo que entra hasta las instalaciones, empresas o haciendas que están a pie de carretera y más adentro, con todo su fuerza, llevándose por delante lo que encuentra.

Otras consecuencias de las inundaciones: los accidentes. Al menos tres. Uno a primera hora, las seis de la madrugada, en el camino de Aragón o camino de los claveles. La Policía Local y los Bomberos de Arahal tuvieron que rescatar a 4 personas de un coche que el agua impedía el paso y se quedó atascado. Poco después, otro accidente en el Arroyo del Cuerno, carretera El Coronil, un hombre, vecino de Carmona, resultó herido leve y fue trasladado al Centro de Salud. El coche quedó dentro del arroyo, tuvieron que rescatarlo también los bomberos.

Y el lío más importante, que obligó a aumentar los efectivos de la Policía Local, fue en la rotonda del tractor, la primera entrada de Arahal. Zona habitual de inundaciones. Todas las empresas que están en el lugar han sufrido daños cuantiosos y a última hora de la noche seguían limpiando. Su queja era que no habían recibido ayuda. Una de las más afectadas, un almacén regentado por un empresario de origen chino. Los bomberos tuvieron que echar mano de una bomba de gran capacidad para arriar el agua, más de 50.000 litros había en los 1300 metros cuadrados de la nave que, debido al desnivel con la calle, se convierte en piscina cada vez que llueve torrencialmente.

Muros caídos, niños que viven en zonas rurales que no han podido ir al colegio o mayores a los que les ha sido imposible salir para ir a trabajar. El día sin duda ha sido complicado.

Y, a última hora, cuando las televisiones aún andaban por Arahal, todos miraban al cielo. Otra noche como la anterior sería una ruina. A pesar de que la lluvia es una bendición cada vez más temida.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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