La enorme tristeza de los cacharritos encerrados en una nave

La enorme tristeza de los cacharritos encerrados en una nave

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Dos naves de un polígono industrial de la localidad sevillana de Guillena esperan impacientes poder abrir sus puertas en cuanto sea posible que lo que albergan se pueda volver a sacar a la calle, pero, mientras tanto, Aladín, Jafar o Jasmin miran hacia la puerta sin saber cuando volverán a ver la luz del sol.

Son algunos de los personajes de las atracciones infantiles de la empresa que dirige Rafael García, uno de los cientos de feriantes que se han quedado totalmente parados por culpa del coronavirus, y que duermen en la nave donde normalmente se encuentran desde octubre a abril, en esa pausa que hay entre el final de la feria de San Lucas, en Jaén, y la de abril, en Sevilla.

Atracciones guardadas

Solo en una de las naves hay cuatro atracciones guardadas, y entre los cuatro hermanos gestionan ocho en total, y así están sin saber cuándo volverán a las calles y a ver a los niños sobre ellas, con la incertidumbre de formar parte de uno de los pocos sectores de España que puede llevarse todo el año 2020 y parte de 2021 sin ingresar ni un euro.

García recuerda que todo lo que ahora se está viviendo lo vieron venir a principios de marzo, “y supimos que, de verdad, pasaba algo cuando anunciaron que se suspendía la Feria de Abril de Sevilla, que es un referente para todas las demás. Hablaban de pasarla a octubre, pero ya nos dimos cuenta de que si una gran feria se suspendía, ya no iba a ser igual que todos los años”.

Se veía venir

“Además de parar la actividad, cada vez había más muertos, más contagios, y como nuestra actividad tiene que ver con las aglomeraciones en las fiestas, había que ser sensatos y tomar decisiones con la se veía venir”, explica este empresario, que recuerda que, más o menos, tenían esperanzas de volver a la actividad este verano, “pero hace dos semanas, Bendodo -portavoz de la Junta de Andalucía- aconsejó a los ayuntamientos no hacer ferias, fiestas, romerías o verbenas, y los ayuntamientos se sienten en situación de suspender”.

Con este horizonte, las atracciones de feria mantienen su particular hibernación, completamente a punto por si mañana mismo tuviesen que arrancar su actividad de nuevo, ya que la tecnología con la que trabajan estos profesionales permite, por ejemplo, instalar una pista de coches en tan solo dos horas

Todo se encuentra guardado en las naves esperando mejores tiempos.

“En los seis meses que pasaron desde octubre a marzo, como cada año, se ha realizado el mantenimiento, se han puesto a punto, se ha preparado todo para que se activara cuando comenzase la temporada, pero no ha podido ser”, señala el empresario.

Incertidumbre

Ahora, no se sabe qué va a pasar. “Algunos compañeros hacen la campaña de Navidad, y otros no sabemos qué pasará. La esperanza es lo ultimo que se pierde, y esperamos que, si no pasa nada raro, a finales de septiembre o principios de octubre podamos hacer algo, si no, en Navidad, que sería la mejor manera de empezar la campaña de 2021, haciendo que la gente vea que se pueden hacer ferias sin peligro alguno”.

Mientras tanto, ayudas para autónomos son las que sostienen a estos trabajadores, que han visto como les rechazaban las peticiones de créditos ICO a la mayoría, y que, en muchos casos, arrastran créditos de la crisis de 2008 o han tenido que afrontar mejoras en sus negocios que están pagando poco a poco.

Rafael García se despide esperando volver a ver muy pronto las sonrisas de los niños, que “nos esperan en los pueblos, nos conocen, y nos saludan como algo suyo cuando nos ven, y eso que en muchas ocasiones solo nos ven una vez al año”.