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Arahal

Expertos determinan que en el parque de San Antonio hubo una «fosa viva» destruida en la reforma de las instalaciones

En esta fosa se hallaron un total de 8 cuerpos que por la posición y falta de ataúd demostraba que había sido arrojados «con total desprecio por sus vidas»

Jesús Carmona/ Arahal

El informe arqueológico de los trabajos de excavación realizados en el parque de San Antonio desde septiembre de 2014 a mediados de 2016, al que ha tenido acceso este medio, concluyen que en Arahal «existió una fosa común destruida tras la construcción de una de las piscinas-fuentes durante su conversación en la década de los ochenta».

El informe aclara que en estas excavaciones del equipo arqueológico hallaron una fosa entre la piscina rectangular y la de forma circular y se estimó que ésta era solo una parte de una mayor.

No obstante, basándose en lo encontrado en las prospecciones se establece que «aunque por un lado existen evidencias de que la fosa pudo ser destruida, lo cierto es que no se han encontrado restos de las víctimas ni de ningún tipo de violencia, por lo que la Dirección General de Memoria Histórica entiende desestimadas las evidencias para considerar que los restos óseos hallados en la fosa no son pertenecientes a una fosa de la Guerra Civil».

La zona dibujada en rojo se trata de la parte de la fosa en la cual se encontraron los cuerpos.

En esta fosa se hallaron un total de 8 cuerpos que por la posición y falta de ataúd demostraba que había sido arrojados «con total desprecio por sus vidas». Asimismo, el informa especifica que «estos cuerpos no tenían ningún síntoma de violencia franquista (balas, tiro de gracia en el cráneo…) por lo que se supone que no eran consecuencias ni del día de la invasión del 22 de julio ni de la inmediata represión que se llevó a cabo.

Por tanto, la conclusión a la que llega el informe de la excavación afirma la existencia de una «fosa viva» en la que no sólo enterrarían a los fusilados sino también a los muertos por debilitamiento y hambre fruto de la represión franquista.

Dos arqueólogos y un ayudante de la empresa “Arqueo Activa”, Sociedad Cooperativa Andaluza de Arqueología y Patrimonio, fueron los encargados de iniciar en septiembre de 2014 las prospecciones en el Parque de San Antonio, antiguo cementerio municipal y lugar en cuya tapia se realizaban los fusilamientos durante la guerra civil. El proyecto fue financiado por la Dirección General de Memoria Histórica.

Según se recogen en el libro «Una razia espantosa. Arahal 1036 (2016)», esta población fue la segunda de la provincia de Sevilla, después de Lora del Río, con mayor número de víctimas de la invasión de los militares sublevados contra el gobierno legítimo de la República. Su autor, José María García Márquez, identifica un número de 428 víctimas (aunque se estima que el número fue mayor), datos a los que le suma las 252 viudas y 727 niños huérfanos.

El cementerio de San Antonio se abrió en 1865 pero quedó inhabilitado en 1963 cuando comenzó a funcionar el actual, denominado San Gabriel.

En la actualidad, después de casi dos años de prospecciones, se ha realizado el proyecto para el arreglo del parque. El gobierno municipal de IU ha aprovechado para limpiarlo de restos humanos que todavía estaban en el subsuelo del antiguo cementerio. Las obras para volver a abrirlo, comenzarán en el última trimestre del año.

Jesús Carmona es graduado en Historia y Máster en Estudios históricos Avanzados

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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