Eugenia Saborido, refugiada de Arahal en el primer buque de republicanos españoles rumbo a México

Arahal es uno de los municipios de la provincia de Sevilla que más muestras de apoyo ha tenido con los refugiados Sirios que están teniendo muchos problemas para entrar en España.  Hace 77 años eran los vecinos de Arahal quienes huían de su país como refugiados de guerra.

1600 refugiados de la guerra civil española en México, llegaron el 13 de junio de 1939 en el barco Sinaia al Puerto de Veracruz, el primer barco de refugiados españoles en salir de su tierra natal tras el fin de la guerra que iba con destino a México el único país que se ofreció a ayudar. Entre ellos iba la vecina de Arahal, Eugenia Saborido Herrera, nacida en Arahal en 1914, tenía 25 años, era ama de casa y llegó al puerto de Veracruz con el buque Sinaia según la ficha de la Secretaría de Gobernación del Departamento de Migración del gobierno Mexicano. Con datos de El País.

Ficha de Eugenia Saborido Herrera del departamento mexicano de inmigración

Lo primero que vio Eugenia Saborido al llegar al puerto de Veracruz fue una gigantesca estructura de hormigón, donde el 13 de junio de 1939, a eso de las cinco de la tarde, finalizó la travesía del Sinaia, un buque de vapor en el que huían de la represión franquista y de los campos de concentración franceses. En aquel lugar una placa recuerda esta efeméride, colocada con motivo del 75 aniversario con algunos aplausos y vivas, algunos exiliados del Sinaia lloraron.

Buque Sinaia

En un mundo en llamas, el Sinaia corrió otra suerte. El 22 de agosto de 1944, el buque de vapor de 122 metros de eslora fue hundido por los nazis frente al puerto de Marsella. Dos años después, acabada la guerra, fue reflotado y desguazado.

El viaje fue organizado por el gobierno de México con la ayuda del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles, del Gobierno republicano. El 25 de mayo, con un pasaje que duplicaba su capacidad , zarpó el buque.

Llegada a Veracruz

A la llegada a puerto de Veracruz, Eugenia Saborido tenía 25 años, declaró a las autoridades mexicanas no tener ninguna religión  se subió con su familia al barco en el puerto francés de Sète. La navegación duró 18 días. Luego vino el resto de la vida. Al descender del buque, esperaban a los exiliados cerca de 20.000 personas que les recibieron con los brazos abiertos.  Después del Sinaia, arribaron con la misma carga otros muchos buques como el Ipanema o el Mexique ; el último fue el Nyassa, en 1942. 

Juan Rejano, periodista qu eiba a bordo del Sinaia y contó lo sucedido

Ayudar a los españoles

El presidente mexicano Lázaro Cárdenas fue el responsable de ayudar a aquellos españoles que huían de una muerte segura el mismo que había expropiado un año antes el petróleo a las multinacionales estadounidenses y británicas. El visto bueno al Sinaia fue la única ayuda a la causa republicana ante la pasividad general.

La vida a bordo fue recogida por una publicación con el nombre Sinaia, diario de la primera expedición de republicanos españoles a México, escrita por el periodista y escritor Juan Rejano, de Puente Genil que cuenta las historias de las 307 familias que viajaban en el buque los idilios, el nacimiento de la niña Susana Sinaia Caparrós o los relatos que los pasajeros hacían de los campos de concentración.

Cuando pasaron por delante del Peñón de Gibraltar algunos integrantes de la Orquesta Sinfónica de Madrid que viajaban en el barco se pusieron a interpretar Suspiros de España. Ahí sintieron que no había retorno.

El diario, a lo largo de sus 18 entregas, desgrana una faceta de la vida a bordo que hizo del exilio republicano un referente latinoamericano: su poderío intelectual. Los conciertos, las conferencias, las lecturas poéticas, los debates profesionales se sucedían. El poeta Pedro Garfias (“España que perdimos, no nos pierdas”, escribió en la travesía), los filósofos José Gaos y Adolfo Sánchez Vázquez o el escritor Manuel Andújar, entre otros muchos intelectuales se habían sumado a aquella aventura.