Marchena vive el luto de la sinrazón por la muerte de Eva Perea, décima víctima de violencia de género este año en Andalucía

Domicilio de Eva Perea donde ocurrieron los hechos. Foto: A.I.

C. GONZÁLEZ

Marchena estaba hoy vestida de luto. Un luto visible en las miradas, en las conversaciones, en las puertas cerradas a cal y canto de la calle Sevilla, donde el sábado pasada las dos y media de la tarde se fraguaba la tragedia. Eva Perea, la mujer fallecida a causa de las heridas producidas por un cuchillo empuñado por su ex marido, estaba en la mente de todos. Las banderas a media asta de la Plaza del Ayuntamiento señalaban tres días de luto en el corazón de los marcheneros.

«Hace tres semanas vi a Eva, hacia mucho tiempo que no hablaba con ella, me dijo que la había amenazado varias veces», es Mari Carmen, una amiga de la infancia que hoy, detrás del mostrador donde estaba trabajando, revivía esos últimos momentos casi sin creer todavía que no la volvería a ver.

Eva tenía 42 años y dos hijos, de 17 y 11 años, niño y niña respectivamente. Una historia en principio como la de cualquier joven pareja. Aparentemente sin problemas, menos en los últimos meses. «Una chica trabajadora y luchadora desde muy pequeña», así la describe Mari Carmen. En la actualidad vivía con su madre, una señora que ante las cámaras de Canal Sur insistía en recodar sin parar de llorar que sus nietos se habían quedado de golpe sin padre y madre, una injusticia que va más allá de la desdicha de los primeros trágicos momentos.

«Cuando la vi la última vez estaba muy desmejorada, mucho más delgada, por eso le pregunté y ya me contó por lo que estaba pasando. Entonces ya la había amenazado con un cuchillo y ella los había escondido», cuenta Mari Carmen sobre la conversación que había tenido con la malograda Eva.

Foto: A.I.

Nadie sabe nunca lo que ocurre en el interior de una casa. Eva Perea decidió hacer las cosas poco a poco, cuentan sus amigas. Vivía con la madre pero iba todos los días a llevarle de comer a su ex marido y su hijo. Por suerte el sábado no estaba el hijo presente cuando se inició la discusión, aunque según cuentan quienes los conocían, el hijo casi no se separaba de ella, había días que incluso estaba mucho tiempo acompañándola en el trabajo. Las suposiciones llevan ahora a apuntar que temía que algo le pasase a su madre, aunque quien sabe.

Lo cierto es que el sábado prendió la sinrazón. El pequeño callejón sin salida donde está ubicada la casa de Eva Perea se convirtió en un ir y venir de Guardia Civil, Policía Local y ambulancias que aún resuena en la cabeza de los vecinos. «Yo no estaba, los sábados la gente sale y entra, llegué por la tarde y me encontré con la tragedia», dice una de las vecinas cuya casa está en el pasaje de entrada.

Esta mañana, la mayor parte de las casas estaban cerradas a cal y canto y, si alguna vecina se paraba con otra volvían sobre el tema de conversación, mirando con desconfianza a tanto periodista que durante el fin de semana había llegado a la calle atraídos por lo ocurrido a la décimo primera víctima de violencia de género este año en Andalucía. «Nunca sabes lo que hay dentro de una casa pero jamás nos podíamos imaginar que ese hombre pudiera hacer algo así», dicen quienes trataron alguna vez con la pareja en esa calle.

La esperanza es que no haya que contar más estas historias en las que bailan las suposiciones y los desaciertos sobre la vida de familias enteras en los rumores de un pueblo. Pero aseguraba en un bar de Marchena que «hay varias crónicas de muertes anunciadas, sobre las que no hay denuncia alguna». Para parte de los vecinos y vecinas consultados por esta web, «esta tragedia traerá otras, es cuestión de tiempo».

Mientras las conversaciones se agotaban de tanto repetirlas, la calle José Salvador Gallardo, donde se ubica el Juzgado de Marchena, estaba cortada y acordonada con un importante dispositivo de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. El presunto agresor J.M.M.C. ha declarado delante del juez. Después de clavar el cuchillo a Eva se autolesionó. La declaración es secreto sumarial, pero el juez ha decretado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza como un presunto delito de homicidio doloso.