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Marchena

Opinión: Lo que nadie dice sobre Turismo

Lo que nunca dice nadie cuando se habla de gestión turística es que es un negocio, y como negocio es cosa de profesionales, no de políticos.

El turismo no va sobre lo orgulloso que se siente un señor de Montellano, por ejemplo, por las cosas de valor que tiene su pueblo.  Sino de ponerse en la mente del viajero que puede venir, y saber lo que quiere, cuando viene a Andalucía, que para eso hay estudios que lo dicen claro y dárselo.

El turismo va sobre hacer realidad un proyecto entre todos y tener las ideas claras. Asociaciones, ayuntamientos, colectivos sociales, hermandades, empresas, profesionales, etc.  Montar una asociación turística comarcal, o una pequeña empresa para dar servicios turísticos en tu comarca. Creo que con la que está cayendo merece la pena intentarlo.

Para que el turismo funcione en tu municipio es necesario que haya detrás un trabajo serio, profesional y mantenido en el tiempo, con unos criterios por encima del partidismo y el lucimiento del político de turno. Y cuando no hay un proyecto serio, se nota. Se nota en que no hay resultados. Lo mismo que también se nota cuando lo hay.

Lo que no se dice nunca sobre gestión turística es que se trata de un producto y como producto depende del mercado, y el mercado exige y en él se compite, lo que supone que hay que hacerlo lo mejor posible.

Hay que hacerlo muy bien y ser serios, y si no, mejor no estar. Mejor no gastarse el dinero público, si el político de turno no tiene ni idea de qué habla cuando menciona la palabra turismo. Claro que nadie nace sabiendo y el político tampoco, para eso están los gestores y asesores profesionales. Al político le basta con tener la determinación de lanzar un proyecto, es decir tener la visión de futuro y dejarse asesorar. Si el político de turno se empeña en colocar a su primo en la Oficina de Turismo, por favor no dejarlo. 

Ver: Web de Turismo de Priego.

Como todo producto no se trata de tener muchos recursos, sino de saber comercializarlo y sacarle rentabilidad a lo que tienes. Luego sin rentabilidad, social y económica, nunca habrá turismo, porque no habrá turistas. Si además tienes un buen producto, con muchos recursos, mucho mejor.

Un producto turístico no es una iglesia, ni un convento ni un palacio, monumentos que abundan en nuestro alrededor. Una iglesia sería un posible recurso turístico ocioso.  Como el terrateniente que tiene un castillo abandonado que no sabe qué hacer con él.  El beneficio económico empieza a llegar cuando tú has invertido durante años en convertir una iglesia o un molino de olivar en una fuente rentable de ingresos. Entonces sí tienes un producto turístico. Mientras tanto tendrás un proyecto. 

Todo producto requiere de una inversión en márketing para rentabilizarlo y comercializarlo. Es decir, tenemos que crear una campaña de imagen, con vídeos, fotos, artículos en prensa especializada, redes sociales, todo lo posible para conseguir hacerlo apetecible. En el caso del turismo lograr que la gente quiera venir a tu pueblo, o a tu hotel, por ejemplo y que hable bien de él. Y ya no hay que gastarse dinerales como antes, hoy dia todo el mundo tiene una cámara en su móvil y una cuenta de Facebook con la que llegar a miles de personas de forma grauita.

La mayor y mejor campaña turística del mundo no será la que más dinero cueste sino la que más logre implicar a sus vecinos. Porque miles de personas fotografiando y hablando sobre lo mismo en redes sociales pueden hacerse oir en todo el mundo, si lo hacen de forma seria y planificada. Solo es cuestión de tenerlo claro y saber hacerlo. 


Para que la gente quiera venir a tu pueblo debes tener algo por lo que la gente pague o tenga interés por ver. Y si no lo tienes, ofrece algo, -una experiencia- que nadie más ofrece, osea una necesidad de mercado no cubierta anteriormente.

Vamos mal si ofrecemos solo iglesias a los turistas, -las hay en todos los pueblos- o si el turismo se gestiona solo con criterios de rentabilidad política, o si no tenemos claro qué queremos ofertar. Y eso, a grandes rasgos, es lo que ha venido sucediendo en líneas generales en nuestros pueblos. Nuestra comarca tiene el hándicap de estar fuera de las rutas turísticas. Aquí no van a llegar grandes empresas a explotar nuestros recursos turísticos, que los hay y muchos, si antes no lo hacemos nosotros.

Creo que en un país como este que vive del Turismo, con mayúsculas, como motor económico, a poco que se tomen en serio las cosas, tarde o temprano llegan los resultados. Además el turismo es la única industria donde si las empresas, la población y la sociedad no colaboran y no se lo toman en serio, es decir, si nadie en el pueblo se lo cree, no hay nada que hacer.

Me interesa el turismo y mucho porque llevo oyendo toda la vida lo mucho que tenemos que ofrecer en este campo sin que nadie toque la tecla para que empiece a funcionar en serio el turismo en nuestros pueblos, es decir dejando rentabilidad a nuestros negocios. Porque he trabajado en publicaciones turísticas, porque he realizado investigaciones profesionales para la Universidad, porque he gestionado la comunicación de un Ayuntamiento, donde la promoción de eventos, y la política de imagen es fundamental.

A un señor de Pensilvania le importa bien poco, que en tu pueblo salga un Cristo precioso y anitquísimo el Jueves Santo. (Si bien es cierto que he visto llorar de emoción a una californiana viendo la Soledad en Marchena).

El señor de Pensilvania quiere una casita rural, o pequeño apartamento, u hotel, donde coma y duerma como en casa, que lo traten como nadie lo ha tratado, quiere campo, olivares y pinares, quiere flamenco, quiere tranquilidad y paz, quiere sentir que está en Andalucía, tal vez montar a caballo o darse un paseo por la sierra. Quiere calles encaladas y con macetas. Quiere ver obras de arte y eventos culturales. Quiere bañarse en verano, en primavera ver los trigales y los girasoles crecer, en invierno comer productos típicos junto a una chimenea. Ver recreaciones históricas que le hagan tocar y sentir nuestra historia. Pagaría por no tener que ver doce iglesias seguidas todas en el mismo día una detrás de otra.

Si otros pueblos más pequeños y más feos tienen un gran aporte económico del turismo, ¿porqué no nosotros?.  Tenemos modelos de exito muy cercanos como Osuna, Carmona o Ecija. Animo y a intentarlo, que el futuro es de los que se atreven a cambiar. Para lograrlo lo primero es la formación. Formación para el sector para los gestores, para los agentes sociales implicados.  Y si el político de turno quiere meter a su primo en la oficina de turismo. No se lo permitáis. Porque se trata del futuro de vuestros hijos.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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