Donar órganos permite estos testimonios de vida

Cristina Gago Muñiz

Hoy, 25 de marzo, Día Nacional del Trasplante, 7 meses y medio después del mío, me siento delante del ordenador y empiezo a valorar mis últimos 7 meses de VIDA.

Cuando parecía que todo estaba perdido, que mi trasplante tardaba demasiado en llegar, que mi salud estaba muy mermada y que a mi mente le costaba cada vez más recuperarse después de cada infección, de repente, el día menos pensado suena el teléfono, la llamada tan deseada en los 3 años y medios últimos.  Aún así, ni me imaginaba que era para eso, mi doctor a las 13,00 horas dijo :”Cristina cómo estás? ¿Estás preparada? Tenemos un posible donante, vente para Córdoba”. Madre mía, ni me lo creía, que mañana más rara y subrealista había sido, creo que el universo, desde que abrí los ojos ese día me iba mandando distintas señales para prepararme para ese momento.

Tranquilamente, y lo digo de verdad, no he estado más tranquila en mi vida, llamé a mi marido, a mis padres, avisé a mis amigas…”oye, que me voy para Córdoba, que hay unos posibles órganos para mí”. Así, tan tranquila lo iba yo contando, y claro, mi gente atacada de los nervios y yo sin entender nada, ¡¡¡si yo estoy super tranquila y feliz!!!

Había llegado mi momento, ese que tantos años había esperado con tantas ganas e incertidumbre, y aunque hasta que no llegas al hospital y ellos terminan de revisar los órganos para ver si realmente están bien, tú no sabes si te operarán o no hasta última hora. Y sobre las 17,00, una hora después de llegar al Hospital Reina Sofía de Córdoba,  llega a la habitación que me habían asignado mi Dr. Vaquero, uno de mis neumólogos salvadores: “Cristina, que todo sigue para adelante, a las 19,00 horas te metemos en quirófano”. ¡¡No me lo podía creer, mis pulmones, mis preciosos pulmones habían llegado por fin!!

Qué momento más emocionante, mirar a mis hermanas, a mis padres y a mi marido, y notar la cara de felicidad/miedo, es un momento tan indescriptible, es una mezcla de sentimientos tan grande. Llegó mi momento, ahora termina y empieza todo, pero qué miedo a la vez, qué pasará, cómo será todo… increíble como llevas tantos años preparándote para ese momento, pero que hasta que no lo vives no sabes qué es.

Llega el momento de despedirte, o más bien de decir “hasta dentro de un rato, no sufráis que yo estoy muy feliz”, qué tonta de mí, como le voy a pedir a mi seres queridos, a los que más me quieren en la vida que no sufran, mientras a mi me hacen una operación de 8 horas, de alto riesgo!! Pero yo estaba tan feliz, que no podía pensar en nada malo, sólo en la maravillosa vida que me esperaba…

Y a las 19,00 horas entré en quirófano, me quedé dormidita y todo pasó, sin yo enterarme de nada, muchísimas horas después, como 12 horas o así, me despierto en UCI, rodeada de cables, de tubos, me miro y pienso “¡¡ya!!,  ya estoy trasplantada? O es un sueño?” no podía imaginarme que ya estaba allí, con mis pulmones nuevos y bonitos y llenísima de vida. Abrir los ojos y ver a mi marido y mi hermana allí, y llorar de la emoción, mientras hago el signo de Victoria con los dedos, casi sin poder moverme.

¡VICTORIA! Lo habíamos conseguido, mis 33 años de lucha, mis últimos 3 años y medio de sufrimiento, habían acabado, habíamos conseguido ganar la batalla a nuestra lucha, por fin podríamos VIVIR Y RESPIRAR SIN LÍMITES…

Y todo gracias a una persona solidaria y generosa, que en el peor momento de su vida, decide donar los órganos de su ser querido, para así salvar la vida a personas que no conoce de nada…GRACIAS ETERNAS.

Y hoy, 7 meses después, casi 20 años sin poder hacer deporte, estoy corriendo, estoy haciendo deporte, estoy respirando libremente, estoy VIVIENDO.

Di SÍ a la donación, multiplica el valor de tu vida.

PD: Gracias, infinitas gracias a todos los que habéis preguntado por mí, a todos los que nos habéis llamado, a todos los que habéis estado en vela por mí y mi familia. Jamás tendremos palabras de agradecimiento por vuestras muestras de cariño, que tanto nos ayudaron los 3 meses que estuvimos en Córdoba. Gracias de verdad.