Del camino de servicio de la A-92 a Central Park de Nueva York

Ese es el viaje que dentro de unos días harán Jesús López Navarro y Álvaro García Suárez, dos arahalenses aficionados al atletismo que correrán el próximo domingo la maratón neoyorquina. Pasarán de dar zancadas por el camino “amarillo” a darlas por las calles de la ciudad de los rascacielos, convirtiéndose en el cuarto y quinto arahalense en participar en esta prueba.

A. SOLANO

Subida al Veleta de Jesús y Álvaro.

No es el guión de ninguna película ni el boceto de cualquier libro, aunque dadas las numerosas anécdotas y experiencias que están acumulando a lo largo del mundo Jesús López y Álvaro García, la historia de ambos bien podría convertirse en un buen filme o en un interesante ejemplar de aventuras.

Álvaro y Jesús en la maratón de Berlín.

Y es que desde hace unos años ya, están recorriendo medio planeta para participar en las mejores maratones de atletismo. Son corredores veteranos del Club Ohmio, con 48 (Jesús) y 40 años (Álvaro), y se dedican a ocupaciones profesionales bien distintas pero comparten una misma pasión y un mismo hobby: disfrutar y viajar por el mundo a través del deporte.

Álvaro es enfermero en el Hospital Virgen del Rocío, mientras que Jesús regenta una famosa cafetería en Arahal (“El Galeón”). Pero el atletismo los une cada cierto tiempo para hacer kilómetros y kilómetros sobre el asfalto de diversas ciudades, tanto de España como de otros países europeos o del mundo.

Después de haber participado en las maratones de Barcelona, Sevilla, Málaga, Dublín, en los 101 kilómetros de Ronda, la subida al Veleta, la maratón de Lisboa o Berlín hace pocas semanas, ahora ya preparan la que será su aventura en la prueba atlética de este tipo más importante y famosa: la Maratón de Nueva York.

Están con ganas y ansiosos de coger el avión el próximo viernes. Con la maleta casi preparada, ultiman los detalles de su estancia en la ciudad estadounidense. Allí estarán una semana, disfrutando del atletismo el día de la maratón, pero también del Empire State, Times Square, Central Park, las avenidas Quinta y Madison o la Estatua de la Libertad. Harán turismo y conocerán la segunda mayor concentración urbana del continente, gracias y a través del deporte.

“Para nosotros, estas son nuestras vacaciones. Nos gusta salir fuera a ver ciudades, conocer nuevas personas y descubrir otras experiencias. Disfrutamos del atletismo a la vez que hacemos turismo”.

Eso es lo que les mueve. Esa ilusión por hacer lo que les gusta. Durante un tiempo preparan su aventura, se encargan de buscar toda lo necesario: billetes, hoteles, coches de alquiler… Esa logística es lo que les mantiene activo e ilusionados durante semanas o meses.

Y a veces consiguen viajar de forma económica. Esta travesía les costará más de 1.000 euros, pero teniendo en cuenta la dificultad de conseguir un dorsal en la prueba neoyorquina y el alto costo de cruzar el “charco”, pueden estar contentos.

Confiesan haber dormido en habitaciones compartidas con personas de distintas nacionalidades en algunos casos, pero para ambos eso no es problema alguno. “Somos unos mochileros. Pero da igual. Lo que nos gusta es disfrutar de nuestros viajes y del atletismo”.

Algo que aseguran harán cuando se vean entre los 40.000 corredores que abarrotarán las calles de Nueva York, corriendo ante los inmensos rascacielos o por encima de uno de los colosales puentes de la ciudad.

Saben que será una prueba dura, pero a la vez bonita y especial. Aunque cada vez que compiten quieren, como todo atleta y especialmente Jesús, mejorar su marca, el objetivo será llegar a la meta en Central Park. Entonces sumarán, nada más y nada menos, que una nueva maratón en su currículum, es decir, otros 42 kilómetros sobre sus piernas y sus cuerpos.

Jesús y Álvaro en la maratón de Málaga.

Para cualquiera, sería una proeza el cruzar el Atlántico o viajar hasta otros países para correr kilómetros y kilómetros. Para ellos no. Es lo que adoran y es lo que seguirán haciendo mientras puedan. Hacen más pruebas de este tipo al año de lo que realmente se aconseja y quizás no con la suficiente preparación, pero aún así solo piensan en seguir adelante con estas aventuras. Ahora se convertirán en el cuarto y quinto arahalense en pisar las calles de la Gran Manzana durante la Maratón, después de José María Gamboa (la corrió dos veces, en 1992 y 1995), Manuel Lobato y Yolanda Humanes.

Cuentan que sus cuerpos ya se han adaptados a correr grandes distancias y, aunque en ocasiones reconocen pasarlo mal a lo largo del recorrido, las sensaciones y experiencias vividas compensan el dolor y el esfuerzo. “Corremos por sensaciones y ya se convierte en algo psicológico”.

Jesús, con cuatro años en el atletismo, busca en cada carrera hacer tiempo y competir dentro de lo posible. Tiene una  marca de 2 horas 54 minutos en la maratón de Sevilla y suele rodar tiradas de 16 o 21 kilómetros a menudo (con 100 kilómetros a la semana los dos meses antes de la maratón) por el camino de servicio. Álvaro confiesa entrenar menos, prácticamente de maratón en maratón, pero se toma las pruebas más tranquilo, con la única idea de disfrutar con el deporte que adora. Y eso mismo van a hacer este domingo, pasando de correr por las caminos rurales de Arahal y el camino de servicio de la AutovíaA-92 a las calles del centro de Nueva York.

Una experiencia que seguirán viviendo en un futuro. Porque ya tienen en mente otras pruebas. La maratón de Praga o Tokio están en sus pensamientos y puede convertirse a corto plazo en sus próximos destinos.