Paco Rodríguez: 25 años mirando a la cara a la Virgen de la Misericordia

Paco Rodríguez. Foto: A.I.

Viste a la Virgen de la Misericordia y a una parte de las imágenes de Arahal 

Es bordador autodidacta y una exposición con sus trabajos se abre esta tarde en la Casa Hermandad

C.G.

Paco Rodríguez tiene un legado que dejar a las nuevas generaciones, aunque de momento no piensa retirarse. Es vestidor de la Virgen de los Dolores de la Misericordia y de la mayoría de las hermandades de Arahal. Pero, además, fue el primer bordador que se atrevió en el pueblo a coger la ropa antigua de las imágenes para restaurar los bordados. Ahora celebra el 25 aniversario con una exposición de sus trabajos, verdaderas obras de arte en las que ha empleado desinteresadamente horas y horas de trabajo.

La exposición se inaugura el viernes 23, después de la misa prevista para las nueve de la noche. Hay expuestos mantos, sayas, pañuelos, estandartes, palio, marcos, algunos rodeados de fotos de Paco Rodríguez vistiendo a la virgen de los Dolores.

Este peluquero de profesión, está acostumbrado a mirar de cerca la cara de la mayoría de las imágenes titulares de las hermandades de pasión y gloria de Arahal. Cada vez que hay que prepararlas para un acto, tiene que observar todos los perfiles para resaltar la belleza y disimular los defectos.

Nadie como Paco Rodríguez conoce en Arahal la estética imaginera. El tiempo empleado en vestir a las vírgenes dependerá del acto programado. “Prepararlas para Semana Santa es lo que me lleva más tiempo, más de dos horas, porque hay que tener en cuenta que cuando sale en procesión la imagen va a estar en continuo movimiento, por lo que tiene que ir bien sujeta”, cuenta.

Inspiración

No es difícil verlo pegado al paso de palio, con los brazos cruzados en actitud pensativa, como si rezara, sin dejar de mirar a la Virgen de los Dolores. La inspiración puede atraparle haciendo estación de penitencia o sentado en un bar. En ese momento, si no tiene otra cosa a mano, coge una servilleta y comienza a hacerle pliegues.

En su casa, repasando una saya en plena restauración. Foto: A.I.

“No sé cómo lo hago, simplemente lo hago y ya está, sé cuándo va bien vestida y aprendo de las críticas, éstas no me afectan, me sirven para mejorar”, dice Paco Rodríguez después de 25 años vistiendo a la Virgen de los Dolores, de la Misericordia, cuya Hermandad ha organizado una exposición en su honor para mostrar la otra faceta del vestidor, la de bordador.

En su casa tiene ahora una saya antigua de la Virgen de la Misericordia, la última restauración es de 1943. Pero no es la primera que restaura. “La tela a veces llega hecha jirones”, describe Paco. Pero con paciencia acaba “pasando” el bordado de esa base estropeada a una tela nueva como el tisú de plata en el que estampa en estos días su última obra.

Puntada a puntada, por sus manos ha pasado también un Simpecado de la Vera-Cruz. Y cuenta una historia sorprendente y curiosa. “Estaba en tan malas condiciones que no se sabía si era de plata o de oro, desde 1831 lo había restaurado tres veces y entre telas traía un pergamino en el que aparecían apuntados los datos de aquellos vecinos que se fueron a América”, cuenta el bordador.

En aquella época el papel era caro y, en estos casos, se utilizaba para dar cuerpo al bordado. Hoy en día las prendas no se bordan directamente en la tela sino que se hacen a parte y después se pega. “De esta manera –dice Paco- a la hora de restaurarlo resulta más fácil”.

Uno de los mantos nuevos bordado por Paco Rodríguez. Foto: A.I.

Primeras prendas bordadas

Las primeras prendas que restauró fueron el cíngulo y las mangas de la ropa de la Virgen de las Angustias de la Hermandad del Santo Entierro de Morón de la Frontera, a la que vistió durante varios años.

Después ha restaurado y bordado prendas para las imágenes de la mayor parte de las hermandades arahalenses.  Sus dos obras más sonadas y recordadas han sido sin duda la restauración del palio y el manto de la Virgen de los Dolores (de 1901). En este último trabajo tardó justo un año y su estreno llevó a un merecido homenaje a su autor al que asistieron representantes de todas las hermandades de Arahal.

Paco asegura que seguirá haciendo esta labor hasta que pueda, no sabe quién lo sustituirá. Fue el primer bordador de la localidad y ha enseñado a otras personas este arte que él aprendió por pura intuición en dos cursos organizados por la Hermandad de Jesús Nazareno y Vera-Cruz.

Observando los bordados que caían en su mano y los estilos. “Cada hermandad tiene su estilo y hay que tenerlo en cuenta, al igual que no hay dos imágenes iguales”, dice el arahalense.

En la tarde del jueves terminaba de dar un retoque a una exposición donde se podrá ver el trabajo de estos años, su amor por bordar ropa para imágenes sagradas para después vestirlas. Miles de puntadas que comenzaron un buen día del año 1984.