Cultura

Corta Madrugá, intensa estación de penitencia

Foto: A.I.

A. SOLANO/C.GONZÁLEZ

El encierro de la Virgen de la Misericordia dio paso a la Madrugá. Jesús Nazareno estaba en la calle dos horas después, lo que restó algo de público en la salida aunque aumentó en la entrada y por el resto de las calles a partir de primera hora de la mañana. A las 5 en punto de la madrugada se abren las puertas del templo, antes una levantá dedicada a la memoria de dos hermanos fallecidos, los padres de Daniel Martín (capataz del paso del Cristo) y Jesús Dominguez (Hermano Mayor).

35 costaleros paso del Cristo y 30 el paso Palio. Y la retirada de un costalero, Juan Sánchez Quero, después de 34 años siendo los pies de la Virgen de los Dolores. Este hermano se jubilaba esta madrugada y emocionado recibió un cuadro con la imagen del Nazareno por parte del capataz y sus compañeros. Quedaba parte de la noche por delante porque el Viernes Santo amanecía a las 7:45, hora en la que bajaban ya por la cuesta de Miraflores.

Niños de todas las edades, acompañados la mayoría de sus padres, han hecho parte de la estación de penitencia aprovechando el cambio de horario. Aproximadamente medio centenar más de nazarenos, lo que para y mejora las cifras descendentes de los últimos años.

Foto: A.I.

El Nazareno hizo el recorrido dejando atrás imágenes entrañables. De nuevo el costalero más internacional, Manolo Jiménez, atrajo la atención de los medios nacionales para proyectar una parte de su vida privada, su devoción por la Virgen de los Dolores de esta Hermandad que lleva años sacando. Totalmente en forma, se preparaba para la Madrugá después de descansar toda la tarde anterior. El entrenador más famoso de Arahal ha hecho 12.000 kilómetros para convertirse el Viernes Santo en patero derecho delantero del paso de Palio.

Antes de esta hora, comentaba a Arahal Información que le ha costado convencer a su jefe árabe, del equipo de Qatar al que entrena, sobre la importancia que para él tiene participar de costalero en su Hermandad. “Sólo tuve que decirle que era tan importante como sus cinco rezos diarios”.

La salida extraordinaria del Cristo, que lo lleva desde la misma puerta del templo hasta pasada la Plaza de la Virgen de las Angustias, es uno de los momentos más hermosos de esta estación de penitencia, aunque no se queda atrás su paso por San Roque o por la zona del bar, este año casi tres horas más tarde. El olor a incienso se confunde entonces con el de churros.

La Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Banda de Música de la Cruz Roja fueron el acompañamiento musical de ambos pasos. La primera es una agrupación de jóvenes que recorre el camino con esfuerzo para convertirse en otra de las bandas de referencias en Arahal. Nacida directamente del seno de una Hermandad en la que antes la mayoría han sido nazarenos y nazarenas. Ahora llevan el nombre de su Cristo por pueblos de distintos puntos de Andalucía.

Por Victoria, la marcha ‘Enmanuel’ con el solo de Jesús Muñoz Fernández, o el flautín de la marcha “El Rocío” de la Banda sevillana que le tocaba al palio, conmueve al público que a esa hora se había levantado o hacía su propia estación de penitencia desde las 5 de la mañana acompañando a la hermandad.

Al paso por cada calle, Doctor Gamero, Victoria, Pedrera, las casas abren sus puertas de par en par para recibir a los nazarenos, un café, un chocolate caliente, quizás una torrija o empanadilla. Este año la temperatura de la madrugá ha sido perfecta, sin frío ni siquiera en la confluencia de calles de la Plaza de San Roque, donde hay años que ni el hábito ni la ropa de abrigo de los nazarenos alivia el frío de estas horas.

Foto: A.I.

Para el autor de Cuarta Trabajadera, David Lobato Arahal, la Hermandad de Jesús Nazareno dedicó una levantá en la calle Victoria, en recuerdo de su padre recientemente fallecido. Él y el resto de la familia agradeció el gesto a los costaleros y, por su puesto, a la Hermandad. Una familia vinculada al mundo cofrade por tradición y devoción.

Las horas marcadas en el recorrido fueron respetadas al extremo para que cada paso llegara a su templo a la hora marcada. A la una y media las imágenes mecidas por la fuerza de los costaleros había llegado a su casa no sin antes despedirse del público que a esa hora convertía la Plaza de Nuestro Padres Jesús Nazareno en un hervidero de personas, desde la azotea del templo, donde preparaban una petalada, una foto mostraba el lugar y corría de un teléfono a otro por whastApp.