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Cultura

36 horas cortas de Jueves y Viernes Santo luminosos y plenos

A. SOLANO/C.GONZÁLEZ

36 horas en la calle y se hicieron cortas. Rodeados de emociones, de rezos, de música cofrade, de olor a incienso. Todo en una Semana Santa que ha sumado eternidad a una fiesta religiosa. El buen tiempo hizo posible que todas y cada una de las hermandades de Arahal  realizaran sus estaciones de penitencia plenamente.

Después de que saliera el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén y la Vera-Cruz, en Arahal el Jueves y Viernes Santo se convierten en un solo día, unas 36 horas en las que el devenir de los último preparativos para las estaciones de penitencia se convierten en bulla, sobre todo en las salidas y entradas de cada Hermandad y en las esquinas o calles donde la mente guarda imágenes inolvidables de pasos revirando, de mecidas largas en las que no hay movimiento sino arte.

Con una temperatura de casi 30 grados, comenzaba la tarde del Jueves Santo. El sol pegaba intensamente en la Plaza del Santo Cristo, que se agrandaba escaleras abajo dirección Plaza Vieja y por la calle Misericordia, incluso por Juan Leonardo. El Señor de Arahal preparado para salir, arropado por las mujeres nazarenas (al menos el 90 por ciento) en estación de penitencia. Antonio Bueno, el capataz del Cristo, sólo esperaba que sus costaleros lo hicieran “como siempre” poniendo el corazón en cada paso.

Foto: A.I.

El Cristo apoyado en 50 rodillas sale del templo casi a las 7 de la tarde, un esfuerzo que hace de este momento uno de los más singulares de la Semana Santa de Arahal. Verlo a dos metros, casi en el mismo plano que el capataz, transforma la tensión en pasión y prepara al devoto-espectador-visitante para horas de emoción renacida cada año, hasta los de lluvia, porque los recuerdos son entonces más vivos por añorados.

El que fuera director de la Santa María Magdalena, tristemente fallecido este año, ha sido ampliamente recordado en esta semana de Pasión. Su viuda y su hijo David Rodríguez, han estado presente para hacer la última llamada antes de cada una de las levantá que se le ha dedicado, comenzando por la del Cristo de la Misericordia y poniendo fin la del Cristo de la Esperanza. Dentro del mismo templo, antes de salir siquiera. También han sonado marchas en su nombre, pero el mejor homenaje es el que le han hecho sus músicos tocando en las carreras oficiales de la Hermandad de la Misericordia y de la Esperanza, como desde hace años.

La Virgen de la Misericordia, Virgen de los Dolores, salió también gracias al esfuerzo de sus costaleros que arrastrándose pusieron el paso en la calle acompañados de la Banda Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana.

Las primeras horas de la tarde, el calor caía con intención de vencer a costaleros y nazarenos o, mejor dicho, nazarenas porque eran mayoría, unas seiscientas en total. El Cristo en la columna llevaba también unas 200 mujeres detrás de penitencia, es tanta ya la devoción por la imagen que por fortuna el acompañamiento musical era de extraordinaria calidad para que los costaleros escucharan sus sones.

Un Cristo que no fue digno para aparecer en una programa televisivo representante de lo más significativo de Arahal a pesar de que esta imagen, de Castillo Latrucci de 1937, recibe al año miles de visitas de devotos en su templo los viernes, lugar que fuera centro neurálgico de la población desde el siglo XV. Ha sido historia y es presente, sobre todo cada Jueves Santo.

Las imágenes de la Misericordia pasaron por su calle y bajaron un año más la cuesta de Juan Leonardo para ver  una fila de nazarenos color carmesí con la imagen, primero del Cristo, y después del palio, al fondo para enfilar dirección a San Roque.

Este año la Virgen de los Dolores, vestida con saya blanca, un tocado de tull bordado en hojilla y el fajín que le regaló el general Javier Saltos Martínez-Avial en una ceremonia celebrada a finales de diciembre pasado.

La Agrupación Musical Santa María Magdalena fue la protagonista de otro de los momentos más emotivos de la tarde noche. Entre los músicos iban los 5 cabos tambores de los últimos 50 años de historia de la banda que tocaron hasta Juan Pérez. Allí, aprovechando una de las paradas del paso del Cristo, esto cinco músicos retirados entregaron a su director, David Rodríguez, un cuadro con una fotografía que cambia del blanco negro al color, según la época vivida.

No hubo cambios en el recorrido y lo más significativo de esta estación de penitencia es lo que cada año espera el público con devoción, su paso por las calles Sevilla, Juan Pérez, San Roque, Doctor Gamero, IV Conde de Ureña, Victoria y tomar de nuevo dirección al templo por Corredera, Veracruz, Iglesias y Misericordia. En la mayoría de estas calles iban dos niños que acompañaban al Cristo agarrados a la trabajaderas, Álvaro y Christian (en el vídeo pueden ver a Christian). Sus padres iban de costaleros y ellos no querían estar cerca, por si hacían falta. La tradición entra por las venas al mismo tiempo que por los sentidos.

A la Virgen de los Dolores, en este final del recorrido, la recibieron con una petalada que convirtió su calle en una alfombra de flores.

CORTA MADRUGÁ, INTENSA ESTACIÓN DE PENITENCIA

Foto: A.I.

Foto: A.I.

Foto: A.I.

Foto: A.I.

Foto: A.I.

Foto: A.I.

 

 

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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