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Nacional

Susto en Gijón después de que un niño de 2 años se paseara por el alféizar de una ventana de un tercer piso

Un niño de dos años ha mantenido en vilo este miércoles al barrio de Laviada, en Gijón, al permanecer unos veinte minutos encaramado en el alféizar de una ventana de un tercer piso, en la calle Pola de Siero. Según ha informado El Comercio, el menor estaba en el domicilio con otros niños, «si ningún adulto», según fuentes próximas a la investigación. Al parecer, salió a la ventana, se subió a la repisa y desde allí hizo que el corazón se le encogiese a las decenas de personas que contemplaron la angustiosa escena que, por suerte, tuvo un final positivo.

«Estaba en casa mirando por la ventana y vi a tres niños en el edificio de enfrente jugando con una ventana abierta, de pronto el más pequeño trepó y subió al alféizar, empezó a hacer equilibrismos para no caer a la calle… Fue tremendo, creíamos que se caía, fue una impotencia absoluta porque no se podía hacer nada desde fuera…«, relataba aún con el susto en el cuerpo Luis Pardo.

En cuestión de minutos, varios vecinos bajaron con mantas que colocaron debajo de la ventana en la que estaba encaramado el menor, que llevaba un pañal y un chupete y participaba en el dramático episodio como si fuera un juego, riéndose y haciendo gestos a los presentes. Los otros dos niños, también de edades aproximadas, asistían por detrás, desde la habitación, como si de una fiesta se tratase. «En ningún momento lloraron, ni el que estaba en una ventana ni los que estaban dentro», relatan los testigos.

20 minutos

«Fueron los 20 minutos más largos de mi vida», comentaba Dianelis Galván, propietaria del bar ubicado justo debajo de la ventana. «Escuchamos un estruendo, vimos que había caído una maceta y a la gente mirar para arriba y gritar, salimos y fue cuando vimos la escena no se nos va a olvidar nunca», añade.

Mientras esperaban la llegada de la Policía, varios vecinos aporrearon la puerta del piso para que los otros niños les abriesen. No había manera. «Fue muy muy angustioso, que no haya caído es un milagro», comentaban.

En un momento dado, y después de varios amagos del niño de perder el equilibrio y precipitarse al vacío, una mano asomó por la ventana y metió al niño hacia el interior. Agentes de la Policía consiguieron acceder a la vivienda y rescatar al menor. En el domicilio también se encontraba una hermana adolescente, aunque permanecía en otra habitación. La madre del pequeño se personó en la vivienda cuando su hijo ya estaba a salvo, una media hora después de que a empezase el episodio que a punto estuvo de acabar en tragedia.

No era la primera vez

«Lo peor de todo es que no es la primera vez. Hace unas semanas ya pasó exactamente lo mismo. No sé qué más tiene que pasar para que esos niños no se queden solos. Ya van dos milagros. A la tercera puede haber una tragedia», decía una vecina del edificio de enfrente, que aportó sus datos a la Policía para testificar en la investigación que se ha abierto para determinar si los menores se encuentran en una situación de abandono.

En la vivienda en la que se produjeron los hechos residen desde hace un tiempo varias familias en régimen de alquiler. El propietario del piso se personó en el inmueble tras ser avisado de lo ocurrido.

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