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Coripe

Coripe cumple el rito de quemar el Judas y prende fuego al coronavirus

Aunque todas las quinielas apuntaban a que el presidente ruso, Vladimir Putin, sería este año el sacrificado, finalmente ha sido el coronavirus.

Este Domingo de Resurrección, los vecinos de la localidad sevillana de Coripe han vuelto a disfrutar de una fiesta cuyo origen se pierde en el tiempo, y que en años anteriores ha estado revestida de tal polémica que hasta la Fiscalía abrió un expediente por un presunto delito de odio. 

Es la fiesta de la Quema del Judas, la tradición de cada Domingo de Resurrección, que multiplica los habitantes de este pueblo de la Sierra Sur sevillana.

Se trata de una cita que se celebra cada año cerrando la Semana Santa, y consiste en tirotear a un muñeco hecho de trapo y paja en el que se esconde un poco de gasolina hasta que este comience a arder.

Polémicas en años anteriores

El muñeco representa a un personaje conocido que durante ese año haya destacado por haber realizado alguna mala acción. En 2018 fue elegida Ana Julia Quezada, asesina del niño Gabriel. La elección no gustó al Movimiento contra la Intolerancia, que incluso planteó una denuncia que fue archivada por la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla el 26 de junio siguiente.

Concretamente, estuvieron en el punto de mira el alcalde de Coripe, Antonio Pérez, y su concejala de Festejos, Irene García, imputados por un presunto delito de odio, e incluso se enfrentaban a una posible una pena de prisión de hasta cuatro años.

Una tradición

El Ayuntamiento defendió en su día que no se trataba de una fiesta racista, sino de una tradición de más de cien años, “que además es Fiesta de Interés Turístico Nacional” y que los vecinos que lo organizan decidieron el año pasado que la protagonista fuese Quezada.

Los cazadores que han cumplido con el rito de disparar contra el Judas.

La misma suerte corrió la denuncia de 2019 contra la quema del muñeco que representaba al expresidente catalán Carles Puigdemont. La Fiscalía la archivó igualmente.

El cartel habla a las claras de lo que supone la cita. Con una gran interrogante sobre una foto de una edición anterior, el texto dice frases como: “Un secreto nunca desvelado hasta el último segundo. Una fiesta popular transmitida de generación en generación. Una forma de que un pueblo se manifieste contra las malas acciones”.

La polémica ha atraído a Coripe a televisiones de toda España para informar de unos hechos que, ahora se repiten, como marca la tradición en el pueblo para cerrar la Semana Santa.

De todas formas, no parece probable que este año nadie vaya a la Fiscalía contra el Judas, visto que, entre otras cosas, el coronavirus ha impedido que la fiesta se celebre dos años seguidos.

Periodista corresponsal de la Agencia EFE, El Correo de Andalucía, eldiario.es... entre otros medios. Cubre principalmente Huelva y Sevilla en varios medios radiofónicos y prensa digital.

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