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Sociedad

Cómo ser celíaco (en Navidad) y no sufrir en el intento

Pilar M. Labella, experta en Cocina Sin.

Faltan casi seis semanas para Navidad. Sí, ya lo sé, seis semanas. Pero eso no es nada. El tiempo pasa que vuela. Vienen las comidas y cenas de empresa, las salidas con amigos y las reuniones con la familia. Vamos, un calvario para los celíacos. Y nos toca ser valientes. Cuando nos enfrentamos a esto, todos pensamos lo mismo: cómo ser celíaco y no morir en el intento.

Ser celíaco no es fácil. Empezando porque no nos entienden. Se piensan que es un invento, que somos exagerados, que por un poco no pasa nada, pero sí que pasa, nuestro intestino sufre las consecuencias y nuestro sistema inmunológico se vuelve loco.

Lo primero que hay que hacer después de tener nuestro diagnóstico como celíaco, es seguir una dieta estricta sin gluten, pero sobre todo controlar a nuestro peor enemigo “la contaminación cruzada”. Ella está por todas partes, en serio, donde menos lo esperas. Y “el gluten” presente en cereales como el trigo, la cebada y el centeno.

Lo de lavarse las manos antes de meternos en faena, lo vemos normal, pero es evidente que es obligatorio, sobre todo, si hemos tocado algo con gluten.

En la cocina. Podemos encontrarla en la tabla de cortar el pan, en los paños de cocina con los que se limpia la cocina, en el horno, por supuesto en la tostadora, en el microondas… por eso debemos seguir unos pasos previos antes de empezar con la dieta.

  • Limpiar muy bien la zona de trabajo donde vamos a preparar nuestros alimentos, para retirar cualquier miga o restos de algún alimento que contenga gluten.
  • Limpiar exhaustivamente el horno, y no usar el ventilador nunca, ya que ahí se concentran partículas de gluten que no podemos eliminar.
  • Limpiar el microondas a fondo y si es compartido, siempre tapar nuestros platos.

Algo en lo que nadie piensa es en el típico taco de madera donde se colocan los cuchillos, cuando cortamos pan siempre colocamos los cuchillos dentro, las migas caen directamente en su interior y no podemos acceder para limpiarlo. Así que, si ya lo hemos utilizado para productos con gluten, mejor lavamos los cuchillos y no usamos el taco de madera. El cajón de los cubiertos es para eso, a parte de para muchas cosas que a veces, no usamos.

Para cocinar nuestra comida, es necesario que sean materiales no porosos, por lo que desecharemos todo lo que sea de madera. Lo mejor es silicona o metal. Y nunca se comparten mientras elaboramos platos con gluten y sin gluten.

La freidora al igual que una sartén con aceite para freír no se comparte tampoco. Nosotros los celíacos necesitamos una sola para nosotros, con aceite limpio, es decir, que no se haya usado para productos con gluten. Nunca se debe usar una freidora para productos con gluten y productos sin gluten, siempre hay restos de gluten en el aceite, y esto contamina nuestra comida.

En la despensa. Para guardar nuestros productos necesitamos que siempre estén en un lugar sólo para nosotros en la medida de lo posible, y si no, siempre tenemos que ponerlos en la parte superior del mueble de cocina. Evitaremos que caigan residuos de los productos que sí tengan gluten. Si es posible, etiquetaremos los productos sin gluten para verlos mas rápidamente y evitar confusiones.

En la mesa. ¡Ay Dios mío!, la mesa. Es muy importante mantener el pan lejos de la zona donde estamos sentados los celíacos, porque las migas vuelan y caen donde menos nos lo esperamos. De igual modo, no se pasa jamás el pan con gluten por encima de nuestro plato, porque así evitaremos que caigan migas también.

No dejaremos que nadie meta sus cubiertos en nuestros platos, se pueden contaminar… seguro. Tampoco compartiremos vaso o copa. Aquí hay que ser muy egoísta. Aquí, es mi vaso, mi copa, mi plato, mis cubiertos y mi comida.

Por supuesto, ni que decir tiene que los platos preparados que vayas a dar a un celiaco, además de ser todo certificado sin gluten, por favor los picos, regañás y tostas de cereales en un cesto y los picos, regañas y tostas sin gluten en otro. O mejor ¿Por qué no todo sin gluten? Eso ya lo dejo a elección vuestra.

En el super. Cuidado con los embutidos tanto cocidos como curados, quesos loncheados, patés, cremas untables, salsas y mayonesas, bollería, galletas, chocolates, dulces, caramelos, etc. Si eres nuevo en nuestro mundo, mejor todo con sello. Porque, aunque hay empresas que remiten al etiquetado y es un follón, mejor todo con sello «sin gluten».

En la bodega: Las bebidas como refrescos y zumos no tienen gluten. Los zumos con leche ya tienen que estar etiquetados. Los vinos y licores no tienen gluten, pero los licores de sabores o hierbas sí tienen que ir etiquetados. La cerveza es evidente que tiene que ser sin gluten, pero ahora la tenemos con alcohol, sin alcohol, con limón, tostada, doble malta; pequeños placeres mundanos que ahora también podemos disfrutar.

Y por último… dejar bien claro que no somos unos exagerados, por un poco sí pasa, una miga… no es amiga. Hacer feliz a un celiaco es bien fácil, ponte en su pellejo y empatiza. No somos bichos raros, hemos desarrollado una enfermedad que se llama celiaquía, y que no es el fin del mundo.

Podemos comer igual de bien que antes, variado, y sobre todo sabiendo lo que comemos, porque miramos muy bien todas las etiquetas y desechamos todo aquello que son azúcares añadidos, conservantes, colorantes y saborizantes.

En el próximo artículo, os mostraré platos que hacemos en casa, especialmente en esas fechas tan señaladas.

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