La historia de amor que comenzó con una antigua máquina de escribir

Se llama Dario Peinado (29 años) y es de Madrid. Desde que comenzó la Feria del Libro de Sevilla está con su antigua máquina de escribir, marca Brother, junto a un lateral del monumento de San Fernando en la Plaza Nueva. Si le ofreces una palabra, él te hace un conjunto de versos con ella, en menos de un minuto tecleando sin parar. El poema puedes llevártelo en un trozo de papel que cabe en una cartera.

Pero detrás de este joven bohemio que no ha parado de escribir poemas por lo original de la iniciativa, hay una verdadera historia de amor que empezó en la capital de España, pasa por Perugia (Italia) y continúa, por el momento, en tierras andaluzas. Es, sin duda, un viaje inesperado.

Una curiosa historia de amor

Precisamente estas fueron las dos palabras que AnnaLisa Sportellini (34 años), una joven italiana, ofreció a Darío en la pasada Feria del Libro de Madrid. “Me fui a dar una vuelta a la Feria, me llamó la atención ver como escribía versos sobre una vieja máquina y me acerqué a pedirle el mío”.

Así fue como Darío compuso para la joven su primer poema, con la misma máquina y, en principio, con la misma intención “curar el alma”. Pero algo surgió entre ellos que los ha hecho iniciar un viaje inesperado, de momento, hasta Sevilla.

AnnaLisa dice, sin dejar de sonreír, que “la poesía además de sanar y curar, puede enamorar”, como ha ocurrido con ella. En estos días, en los que Darío te cambia una palabra por un poema y una pequeña aportación de 5 euros o la voluntad, ella le hace fotos y lo observa de cerca. Él, de vez en cuando, levanta la vista de la Olivetti para buscar la inspiración en su mirada.

Poemas desde 2017

El joven madrileño cuenta que comenzó a escribir poemas en la Feria de Madrid en 2017, después de ver “cómo lo hacía una chica, una amiga me regaló por esas fechas una máquina de escribir Brother (deluxe 1350 – Automatic Repeat Spacer) y me lancé a hacerlo”. Fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía habilidad para escribir poesía y, además, hacerlo al instante. “En el primer poema escrito, las manos iban solas a una velocidad nunca antes experimentada. Fue como si ya lo hubiera hecho antes”.

Este poeta urbano tarda menos de un minuto en componer el poema con cuatro estrofas que te entrega en un trozo de papel, media cuartilla, con dedicatoria y su nombre, únicas palabras que hace a bolígrafo. “Son poemas que curan el alma”, así los califica y tiene claro que la sensación al escribirlos le viene de “otra vida anterior u otras vidas”. Por ir “acumulando sabiduría, conocimientos y experiencias que se quedan en nuestra memoria celular”.

De momento, y al menos hasta la primavera, se queda en Sevilla con AnnaLisa que está encantada de pasar un tiempo en Sevilla. “Nací en Italia pero tengo un amor especial a España, ya había vivido antes en la ciudad pero me tuve que ir por la pandemia, después volví a Madrid y de nuevo estoy aquí”.

Dario sigue tecleando con las últimas dos palabras que han puesto sobre su vieja máquina: imagen descriptiva. “Somos una imagen descriptiva/ de nuestros sentimientos/emocionados por un beso/ e interiorizado en un abrazo”.