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Medio Ambiente

La excelencia del aceite virgen de oliva extra de Arahal, cosecha 2014/2015

La SCA Labradores de La Campiña inicia la cuenta atrás para poner a la venta el aceite de la actual cosecha que pasa por rigurosos controles hasta llegar al consumidor

C. GONZÁLEZ @verbigracia_6

La Campana, La Grana, Buenavista, Barro, La Cabeza, son pagos de Arahal en los que la aceituna produce un aceite de alto rendimiento y con un color que los diferencia de los demás. Es la excelencia del producto de oliva virgen y se nota en el color, en el olor y, sobre todo, en el sabor. El molino de la Sociedad Cooperativa Andaluza Labradores ha comenzado la molienda del Aceite de Oliva Virgen Extra de aceitunas manzanillas, cosecha 2014/2015.

 

 

El olor a aceitunas molturadas, recién cogidas, se nota conforme se acerca esta fecha en la Cooperativa arahalense. Huele a verde, a vida. Y dicen que el sabor se coge a la garganta porque los sentidos son su principal objetivo. La aceituna manzanilla de La Campiña procede de tierras de todo el término municipal de Arahal, aunque no da el mismo tipo de frutos en todas.

En los pagos citados y algunos más se cosecha la aceituna para un aceite que supone la excelencia. Cada agricultor entrega dos bolsas de sus aceitunas para que en la Cooperativa hagan la prueba de su rendimiento, es decir, averigüen, a través del sistema Abencor,  cuánta cantidad de aceite se extrae utilizando la misma cantidad de aceitunas. Cada cifra corresponde a un número de socio, a un agricultor determinado y se expone en una pared fuera del molino, a la vista de los interesados.

El sistema Abencor es como una especie de centrifugador, que separa el aceite de una pequeña cantidad de aceitunas, previamente triturada. Una vez alcanza unas revoluciones, la mezcla cae en una cubeta de laboratorio, quedando el aceite arriba y los restos de hueso abajo. El tanto por ciento de cada cantidad ofrece el dato del rendimiento exacto de la cosecha de cada agricultor. La media está entre un 15 y un 20 por ciento, pero en los pagos citados puede llegar hasta el 24 por ciento.

Nada más entrar la aceituna en la Cooperativa, es el mismo agricultor el que decide si va o no para aceite. “Si tiene muchas hojas o tierra, no entra en molino”, explica Francisco Humanes, presidente de La Campiña. Los agricultores reciben el mismo dinero sea cuál sea el destino del producto y les interesa que el aceite virgen de oliva extra provenga de las mejores aceitunas manzanillas. Sobre todo porque han creado una marca con la garantías necesarias para que así sea.

Imaginar una buena tostada

Las mejores aceitunas pasan por el molino y, el aceite que va destinado al consumo, el de primera calidad, se moltura a 27 grados, es decir, en frío. Cuando sale, el color es verde intenso y el olor sirve para imaginar una buena tostada de pan. De aquí pasa a grandes depósitos de almacenamiento de donde se coge la muestra para llevarla a los laboratorios Espejo. Al menos 20 días tardan en dar los resultados, el aceite pasa por un panel de cata (de 6 a 8 expertos)  que remata la parte más importante del proceso de revisión y asegura que el aceite de la mayor parte de los agricultores de Arahal es excelente, “irreprochable”.

Francisco Humanes cuenta entonces que, aunque el aceite pasa por un proceso de selección minucioso, no está libre de que cuando viene de vuelta de este proceso, tenga que vérselas con una inspección de la Junta de Andalucía. Llegados a este punto, el presidente de La Campiña no está preocupado porque sabe que, después de un año de espera y de la selección de aceitunas que entra en el molino, el producto pasa cualquier control de calidad.

Y esto lo demuestra con hechos. Para la cosecha 2013/2014, la SCA La Campiña vendió a la marca Borges 110.000 litros de aceite de Arahal que hoy está por buena parte de los hogares de España.


 

La producción de la pasada cosecha fue de 170.000 kilos, este año no se sabe hasta que la campaña no termine y acaba de empezar. El precio de 5 litros el año pasado era 15,5 euros. El precio del nuevo aún no se sabe. Pero el valor es incalculable porque de su comercialización y venta dependen muchas familias de Arahal, no sólo la de los agricultores. La aceituna sigue siendo un cultivo social.

El aceite es la culminación culinaria de este producto, imprescindible en las cocinas del mundo. Con su propia personalidad porque el aceite de la SCA La Campiña es intenso, un poco amargo y con un punto de dulzor que se agarra a la garganta como un buen cante. Una vez que se prueba, imposible pedir menos.

 

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