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Sociedad

David contra Goliat: Un vecino de Arahal pelea contra el Banco de Santander para recuperar 100.000 euros invertidos en preferentes

Un vecino de Arahal de 82 años acaba de hacer público que ingresó 100.000 euros en participaciones preferentes del Banco del Santander hace seis años, bajo su desconocimiento. Hoy ha perdido más de 91.000 euros. La historia se repite.

Hace 6 años Antonio Rodríguez y Ana Martín fueron al Banco de Santander con 100.000 euros, los acompañaban su hija Paqui. Querían que sus ahorros de toda la vida les proporcionase una vejez segura, el deseo habitual cuando alguien sufre durante años una vida de trabajo para llegar a fin de mes.

Por eso fue con su hija al Banco de Santander, un poco a regañadientes porque no estaba seguro de que en ese lugar guardasen su dinero y después pudiese sacarlo sin problemas. Precisamente, cuando se sentó frente al director de la sucursal, no preguntó si el dinero que llevaba iba a proporcionarle más o menos intereses, sino sólo ?si podría sacarlo cuando le hiciera falta?, cuenta Paqui.

Antonio Rodríguez tiene hoy 82 años, Ana, su mujer, dos menos. En la calle Mina lo conocen como Carmelo. Más de 30 años, ayudando a su mujer en una pequeña tienda de ultramarinos en las que ha vivido aquellos tiempos de escasez en los que había que guardar las cuentas de sus vecinas para cuando la temporada de la aceituna, la naranja, el melocotón, hiciera de ellas un tachón en la libreta.

Entre tanto, ha estado trabajando en Alemania, en la leña y en todo lo que pudiera traer un duro a su casa. Ha sido y sigue siendo un hombre humilde al que sus 82 años no han conseguido marcar una cara casi limpia de arrugas, aunque últimamente todo ha cambiando.

«Mi madre no sabe leer»

?La empleada que me atendió era una persona de confianza y me insistió, igual que el director que, en el Banco Santander, el dinero estaba garantizado, por eso convencí a mi padre para que lo guardara?, explica la hija de Antonio que maldice la hora en la que se le ocurrió dejar el dinero no a ?personas sino a chorizos?.

Aseguran que han utilizado a sus padres ?porque era una fondo de riesgo para personas que entendían de acciones, mi madre firmó porque yo tenía confianza en que no me iban a engañar, no entendemos ni siquiera de intereses, mi madre hubiese firmado su sentencia de muerte porque ni siquiera sabe leer?.

Unos meses después de ingresar los 100.000 euros, llamaron a Paqui Rodríguez. ?No se atrevieron a llamar a mi padre porque sabían que le daba algo en el Banco con lo que le iban a anunciar?, dice. Les comunicaron que el fondo donde estaba ingresado el dinero (participaciones preferentes) estaba congelado y que no podían tocarlo.

?Cuando mi padre se enteró, más de una vez tuve que ir detrás de él y pararlo porque quería entrar en el banco y formarla, pero yo sabía que si lo dejaba se iban a reír de él y yo lo iba a tener que enterrar?, asegura la hija de Antonio. Desde entonces, no ha parado de ir al ambulatorio con lo que suponían ataques de ansiedad y ya se ha convertido en un padecimiento coronario.

Hace dos años, después de ir muchas veces con la esperanza de que se arreglase la situación, desde la sucursal del Banco de Santander les hicieron una oferta. ?Me pusieron por delante dos caminos o seguía como hasta ese momento con los fondos congelados o cambiaba a la compra de acciones, pero siempre perdiendo 21.000 euros, no eran dos opciones sino sólo una?, dice Paqui.

A partir de ese momento, todo fue rápido. ?El director de la sucursal me aseguró que al día siguiente podía retirar mi dinero y, al día siguiente, fui y me volvió a decir que fuera dentro de una semana?, para entonces de los 100.000 euros quedaban unos 8.000.

El primer banco de la eurozona

Vivieron dos meses observando la historia de Antonia Brenes, la vecina que se ha pasado el verano con una sombrilla instalada en la puerta de Cajasol . Estaban resignados a la idea de que ?nos habían quitado el dinero de toda una vida de duro trabajo? porque ?un familiar? fue a anunciarle a la empleada de la entidad bancaria que le vendió el producto que la iban a denunciar. Y su respuesta paró cualquier posibilidad de seguir adelante para dos ancianos que no saben de letras: ?le dijo que hiciéramos lo que quisiéramos pero que no valdría para nada porque no íbamos a recuperar el dinero?, cuenta Paqui Rodríguez.

Antonio Rodríguez tiene una nieta. Una joven médico de profesión que ha animado siempre a sus padres y abuelos para que lucharan por lo que era suyo. Y en ello están, han buscado un abogado que pelea por demostrar lo que consideran un ?engaño?.

Es la historia repetida de David contra Goliat, la historia del primer banco de la eurozona con cien millones de clientes, más de tres millones de accionistas y la mayor red de oficinas de la banca internacional, contra Antonio Rodríguez, un hombre humilde que emigró a Alemania, trabajó en la leña y regentó junto con su mujer una pequeña tienda que fiaba a sus vecinos para que pudieran comer mientras no llegaba el verdeo.

Periodista. Directora y editora de aionsur.com desde 2012. Corresponsal Campiña y Sierra Sur de ABC y responsable de textos de pitagorasfotos.com

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